Entre un 5% y un 10% de la producción de vino se deteriora cada año por desviaciones que se producen durante la fermentación alcohólica o la maloláctica. Esto implica que una bodega no podrá vender entre un 5% y un 10% de su producción al precio óptimo, sino a un precio menor. Eso es mucho valor perdido en la fermentación.
El desarrollo de soluciones de bioprotección ayuda a reducir esa pérdida de valor y a mantener las cualidades iniciales del vino.